Los baños de bosque son una práctica muy común en Japón y el extremo oriente. Sin embargo, en Latinoamérica, por ahora, no es muy conocida. A pesar de sus múltiples beneficios no ha sido lo suficientemente divulgada en el saber común, desaprovechando la riqueza natural de esta región.
Sin embargo ¿en qué consiste específicamente
los baños de bosque?
Esta practica consiste en inmersiones completas de mínimo 2 horas, en las cuales una persona se sumerge en un entorno natural, como por ejemplo un bosque, una montaña, un sendero ecológico o un humedal, haciendo uso de sus cinco sentidos. No es para nada algo similar a tomar una ducha en el bosque.
Con mucha atención, mientras se
va caminando dentro de la naturaleza, es aconsejable observar detenidamente los
árboles, sus ramas, sus movimientos y colores. Así mismo, apreciar los olores
que puedan llegar a encontrar, como el aroma de los pinos, la tierra mojada,
eucaliptos, olores de flores y de la naturaleza en general. También se aconseja
sentir con el tacto todas las texturas que pueda, sin olvidar antes pedir
permiso a la madre tierra para poder disfrutar en armonía el tacto.
No podría olvidarse tampoco, para
cumplir a plenitud la metodología de esta práctica, cerrar los ojos por algunos
instantes y apreciar los sonidos que emana el bosque, sendero, montaña o
humedal, así podrá notar los cantos de aves, el sonido del viento, entre otros.
Por último, pero no menos importante, disfrutar de un snack orgánico,
permitiendo así que la inmersión en la naturaleza sea absoluta. Esto con el fin
de obtener todos los beneficios que se derivan de esta práctica.
¿Y cuáles son estos beneficios?
Según investigaciones científicas,
realizadas principalmente en Japón, se ha podido concluir que la concentración
en saliva de la hormona del estrés (cortisol), en personas que han estado en un
ambiente natural como un bosque, montaña, humedal o sendero ecológico, es menor.
Comparado con personas que han estado en un ambiente urbano, durante el mismo
periodo de tiempo y con características físicas y socioculturales similares.
También el inmunólogo Qing Li, de la Escuela de Medicina de Tokio, demostró que tomar un paseo al aire libre, alrededor de la naturaleza, aumenta en gran proporción la concentración de células NK (Natural Killer) que son un tipo de glóbulos blancos que contribuyen a la lucha contra las infecciones y contra el cáncer, ya que se aumentan los linfocitos NK y las proteínas anti-cáncer. Según Li, los compuestos volátiles emitidos por los árboles son los principales responsables de este efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario. Se han realizado experimentos con diversos compuestos aromáticos naturales, como pinenos, limonenos, cedrol o isoprenos; algunos de ellos son conocidos por su efecto antimicrobiano y supresor de tumores.
Adicionalmente, se ha demostrado científicamente
que simplemente estar en un bosque, o en un ambiente natural como los
mencionados anteriormente, reduce significativamente la actividad del córtex prefrontal. Que es la parte del cerebro que se activa al realizar análisis, planificar,
tomar decisiones o resolver problemas. Además, no solo se reduce la actividad
en esta parte del cerebro, sino que tal actividad de desplaza a zonas del cerebro
relacionadas a la emoción, el placer y la empatía.
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