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Sanar solo respirando



Caminar al origen es encontrarnos nuevamente con algo tan fundamental y profundo como respirar. Nuestra bienvenida a la vida es una inhalación, fue lo primero que hicimos al nacer, es la conexión directa con nosotros mismos y con todos los seres; con la primera respiración el bebé teje su vínculo con el planeta, pues deja de obtener el oxígeno y nutrientes mediante la placenta. 
En este sentido, respirar es lo primero y lo último que hacemos en esta existencia. Pues dicen que al morir naturalmente emitimos una exhalación y la vida abandona nuestra corporalidad, para que luego los elementos tomen diferentes rutas. Así la tierra, el agua, el aire y el fuego de nuestro cuerpo se separan y empiezan el proceso de descomposición. Trascendemos nuestro cuerpo físico, mental y emocional para regresar a la fuente de amor y conciencia infinita de dónde venimos y que somos. 

El aire es un elemento esencial en las diferentes manifestaciones de la vida en la tierra: cada respiración es una entrada y salida de vida. Al respirar no solo llenamos de combustible a nuestras células para que puedan procesar los nutrientes y mantenernos con vida, sino que también limpiamos nuestro cuerpo y alimentamos a las plantas y árboles. Compartimos, nutrimos y cohabitamos con todos los seres, especialmente con la naturaleza. ¡florecemos en el vivir! pues en la exhalación expulsamos co2, más conocido como dióxido de carbono, que es uno de sus principales nutrientes. Una persona puede pasar sin agua o alimentos un par de días, pero sin respirar no más de algunos minutos. Creamos vida y somos vida, la energía creadora existe en nosotros desde algo tan esencial como respirar.

¡Respirar nos invita a conectarnos con el todo y vibrar en sintonía!

Al inhalar ingresamos vida a nuestro cuerpo físico, mental y emocional. El oxígeno entra a los pulmones y luego se distribuye a través de la sangre, llegando, por medio del sistema circulatorio, a cada célula de nuestro cuerpo. La inhalación es la fuente principal de nuestra energía, pues esta permite el proceso de oxidación de glucosa o grasa en nuestras células, al ingresar oxígeno, para luego convertirlas en energía vital, creadora y creativa. 
En la exhalación expulsamos vida para nuestro cuerpo extendido que es la madre tierra. 

El Co2 que resulta como desecho, luego de que nuestras células extraigan la energía de la glucosa y grasas, es uno de los nutrientes principales de los árboles y plantas.  Combinado con nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, el dióxido de carbono ayuda a los árboles a crecer y prosperar. Cuando exhalamos Co2 también se lleva a cabo el proceso de desintoxicación del organismo, al exhalar se genera un drenaje linfático y se desintoxica al organismo. Así que lo que concebimos como un desecho es en verdad abono para seguir floreciendo la vida, mediante la nutrición y la purificación. 

Por otro lado, complementamos nuestra visión holística con el aporte de la filosofía veda. Según eruditos en esta área del conocimiento el movimiento del aire se asocia al movimiento de la mente y las emociones. Los ritmos de la respiración se asocian con estados emocionales y mentales.  Por ejemplo, se suspira en desesperación, se jadea con el agotamiento y se contiene la respiración con miedo o terror. El ritmo de la respiración responde naturalmente y de forma involuntaria a emociones y pensamientos. ¿Has notado como se acelera tu ritmo cardíaco y te agitas cuando tienes miedo o angustia? ¿has sentido que casi no respiras o suspiras cuando estás triste? ¿cuál ha sido el ritmo promedio de tu respiración en esta cuarentena?

Sin embargo, mediante la práctica, es posible desarrollar la capacidad de guiar el ritmo y, por efecto espejo, regular también el sistema nervioso, encargado de alertarnos en momentos de tensión, desesperación, miedo, angustia o tristeza. Con solo conectarnos el aire y su flujo en nuestro cuerpo podemos obtener mucha información sobre nosotros mismos. 

La conexión entre la mente y las emociones es directa, incluso, científicamente se ha probado la existencia de neuronas en nuestro sistema digestivo. Siendo esta la parte del cuerpo donde experimentamos sensaciones o emociones de miedo, ansiedad, vacío, tristeza, entre otros. Así que, si decidimos conscientemente observar y relajar nuestra respiración, podríamos regular nuestro sistema nervioso, eliminando tensiones mentales, emocionales y corporales. Nuestra experiencia en Caminando Al Origen nos ha demostrado los beneficios de trabajar conscientemente con el aire, en nuestras experiencias destinamos un momento especial para realizar una conexión con este elemento y sentir los beneficios automáticos en nuestro cuerpo. 

Al ir caminando al origen de la importancia de la respiración, podemos aprovechar sus beneficios. En la vida el cambio es lo único permanente y el vaivén de situaciones, emociones o retos nos puede llegar a desequilibrar o incluso enfermar. Por eso te dejamos estos tips para que puedas practicar en nuestras caminatas o desde tu casa y experimentar lo que te decimos por ti mismo, no te dejes convencer. Practica la respiración cuando estés en la experiencia de Caminando Al Origen o desde tu hogar, en las imágenes de este blog y en nuestro post de Instagram y Facebook puedes ver ilustraciones y vídeos para comprenderlo a profundidad. 

Cuando lo hagas cuéntanos como te sientes. 





 









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